• Vino y Sheedo. Papel y Semillas.

    Vino y Sheedo son dos conceptos condenados a encontrarse. Y es que de forma sincrónica, a veces, suceden cosas que a priori se analizan como casualidades, otras como “ni se sabe” y en las menos ocasiones se tiende a pensar que están pasando porque se ha sembrado mucho y en la misma dirección. Por lo tanto no existe ya la casualidad, y el “ni se sabe” debería pasar a la historia.

    …, de forma sincrónica, a veces, suceden cosas que a priori se analizan como casualidades, otras como “ni se sabe” y en las menos ocasiones se tiende a pensar que están pasando porque se ha sembrado mucho y en la misma dirección

    Es cierto que hoy el equipo de Vino y Raíz es más grande que cuando comenzó la idea a rondar por nuestras cabezas. Y no lo es menos que se ha hecho un poco más vital si cabe porque desde el primero hasta el último que pasa por nuestra parcelita de radio, de proyecto, de web o de vida, aporta siempre en la misma dirección. Vino y Sheedo, en este caso y Raíz, una dirección natural, sostenible, de comunicación, lectura, amistad y vino.

    …,hoy el equipo de Vino y Raíz es más grande que cuando comenzó la idea a rondar por nuestras cabezas.

    SHEEDO una maravillosa realidad “Papel de Usar y Plantar” nos acompaña hoy. Hablamos con Gonzalo Mestre, le proponemos muchas preguntas. La ronda random nos aporta cómo se puede contestar a una pregunta de forma coherente cambiando el prisma. A la pregunta ¿Con qué animal te identificas? Cuál creéis que puede ser su respuesta. Vino y Sheedo. Sheedo en Vino y Raíz.

    Por lo demás, hemos de reconocer que después de esta experiencia con el papel que se siembra las ganas de luchar, de hacer algo por el medio ambiente crecieron de forma exponencial entre los que nos encontrábamos en el estudio.

  • La Luna y el Pinot Noir.

    La luna y el Pinot Noir. Ya hace tiempo que la luna une a un fuerte grupo de hombres, mujeres, almas y corazones, inquietudes y realidades. Nos une el vino y nos une la raíz.

    Raimundo Lara es un hermano mío y nuestro, es un poeta de la tierra y con la tierra, de la rama y con las ramas, de las cosas más pequeñas y trascendentales. Raimundo nos trae una poesía que podría haber salido de su pluma. Yo, con su permiso os cuento esta historia que introduce otra, la suya. Una conversación de lo especial, perfecta.

    Ya hace tiempo que la luna une a un fuerte grupo de hombres, mujeres, almas y corazones, inquietudes y realidades. La luna y el Pinot Noir.

    Cuando venía el calor, venía con él también la noche. Y la luna. Y reunirse con la gente que llevabas tiempo sin ver, y reír, y contar anécdotas del año que casi siempre eran fantasías. Alguien dijo que había aprobado con nota un exámen de Historia de Roma contando Espartaco, la película. Isabel alucinaba con que el profesor de gimnasia le había propuesto una relación duradera y no sabía lo que contestarle a la vuelta de vacaciones.

    Javier nos sorprendió a todos destripándonos una película y relatando un viaje a las viñas, y una historia de amor a la vez. Sorprendentemente él era el protagonista. Hay que reconocerle su habilidad para hacer permanecer a todos inmóviles escuchando hasta el final del relato. Comunicaba como hasta entonces nadie habiamos visto hacerlo.

    Javier y Raimundo compartían tantas cosas a pesar de no ser especialmente amigos que una de aquellas noches, cuando ya olía a septiembre, aparecieron por caminos diferentes con tres botellas de vino -suficiente para los cinco- y unas hojas de papel sueltas en la mano. Ahora no soy capaz de saber quien traía cada cosa.

    El vino estaba bien claro desde el principio que iba a ser Pinot Noir -fueron las dos palabras más pronunciadas de todo el verano-. La luna y el Pinot Noir. En los folios nunca supimos en realidad lo que iba escrito. Lo que sí comprendimos es que a uno de ellos, o a los dos, además de la música, le había atrapado sin remedio la poesía.

    Poco después pudimos averiguar de qué se trataba lo que escuchamos recitar aquella noche. Todos guardamos inexplicablemente en la memoria letra por letra aquella conversación que nos estaban contando:

    Luna, con la fresca saldré a buscarte, cuando el son comience
    a enfriarse y me de por hablar.

    Luna, y andar por caminos añejos que me muestren con quien sueña el viento cuando es vendaval.

    Luna, degustar los colores que pare la tarde cuando es devorada por la oscuridad.

    Y ver cómo le cambia el careto al cielo cuando salen de ronda las estrellitas.

    Luna, y dejar que la noche me trague yen su patio beberme los aires de la madrugá.

    Y vomitar a chorros mis pensamientos. Inundarme por dentro sin olvidar que te he visto llorando luna, porque tu jardin se quema.

    Que te he visto pedir ayuda y la ayuda, tarde llega. Que te he visto pasarlas putas asfixiá or la humareda.

    Y agonizan árboles que son cenizas. Y animales calcinados por nuestros males.

    El paisaje es muy triste pa la vista. Ya no queda belleza donde había mar. Es solo una capa negra fruto del desastre.

    Y aquí no se toman medidas, mañana todo se olvida, luna. Y vendrán las consecuencias, los problemas, las carencias y suma.

    De Cháchara con la Luna. Tema central de “Y si Quieres Llorar te Hago Reír” de Sínkope.

  • La Sonrisa y el espumoso.

    Vivimos una época en la que está todo tan enfocado a la alabanza del ego que cualquier gesto dirigido hacia el bien del otro, cada vez, cobra menos relevancia. *#Revista #DMODA*

    Es por eso que de vez en cuando se nos antoja en Vino y Raíz que es bueno parar, hacer un alto en este camino tan lleno de baches a veces, y homenajear a las personas que sonríen para saludar, a la sonrisa y el espumoso que la guía. Aplaudir para agradecer, brindar por los días, las tardes y las noches. Seres vivos -no somos otra cosa- que al fin y al cabo sonríen a la vida. Personas y mujeres sobre todo -ya entenderemos algún día el porqué-, que también nos ayudan a perfilar esa sonrisa en en el rostro.

    Es preciso proponer diferentes y radicales formas de beber, de comer, de leer, y hasta de caminar. Es muy necesario, después de pensar mil veces qué hacer durante un determinado momento, detenerse para no hacerlo. Detenerse para no seguir estresando la mente, para dejarse llevar. En ese preciso instante habrá llegado la hora de usar la opción de la llamada a alguien que en alguna ocasión nos haya sonreído sin esperar a cambio nada, simplemente por entregar.

    Vuelvo con la sonrisa y el espumoso para lanzar un objetivo. El de hoy es invitaros a vinos preciosos, nacidos solo de la tierra, del trabajo y del amor. En este instante me surge la idea de contar algo que enlaza muy bien con preciosidades naturales, burbujas y también respeto por el medio.

    Quiero hablaros muy brevemente de una muy buena noticia que nos puede llevar a entender también porqué la risa es fundamental, o porqué buscar el bienestar inmediato del otro es clave.

    Pascaline Lepeltier, con 38 años se convierte en la mejor sumiller de Francia. “Es lo más que una de las más prestigiosas revistas te otorgue este reconocimiento, a mí que solo soy una modesta camarera”- Sonrisas y un gesto de reflexión-. Una modesta camarera regalando un comportamiento amable (o camarero, da igual). El sueño de cualquier comensal.

    Es preciso proponer diferentes y radicales formas de beber, de comer, de leer, y hasta de caminar. Es muy necesario, después de pensar mil veces qué hacer durante un determinado momento, detenerse para no hacerlo, para no seguir debanando la mente, para dejarse llevar.

    Lepeltier, que vive en Nueva York, es una apasionada de los vinos ecológicos y biodinámicos. “Creo en la necesidad de pensar en lo que bebemos y comemos. Tenemos que mentalizarnos sobre la importancia de transformar la agricultura así como la forma de recibir las sensaciones que producen». “Soy de una generación que desea recuperar el gusto surgido de una agricultura viva», dice, y destaca que está encantada de que cada vez más fincas vitícolas se enfoquen en el cultivo ecológico.

    …,hacer un alto en este camino tan lleno de baches a veces, y homenajear a las personas que sonríen para saludar, para agradecer, para brindar por los días, las tardes y las noches.

    Y es que es ahí donde suele surgir el propósito. El de llevar mediante el uso de la cara amable unas copas vacías hacia el cuello de una botella y después hacia el hueco donde el buen provecho solo depende de nosotros.

    Espuma, olas y burbujas. Estas premisas junto a la predisposición a saltarse la normalidad.

    Esto es un resumen, un compendio de porqué de vez en cuando debemos fiarnos en personas, en camareros de vino como Pascaline. Un gesto amable.  “Es lo más que una de las más prestigiosas revistas te otorgue este reconocimiento, a mí que solo soy una modesta camarera”

    El sol, la lluvia, la sombra, el frío, o cualquier otro agente pueden formar parte del escenario perfecto para disfrutar de Tharsys. El fruto de la fermentación de muchas alegrías. Alegrías de Tharsys. Esta es la mezcla que llevo a estas líneas.

    Tharsys es, dentro de su enclave, Utiel Requena, un cava elaborado con una variedad que aporta a cualquier momento sensaciones más que únicas. Chardonay y sus golpes de fruta junto a un añadido especial que lo enriquece de una forma que yo definiría como brutal.

    No hace tanto tiempo que descubrí muy de cerca y no lejos de aquí una botella con algunas burbujas dentro. Carbónico y una infinidad más.

    Este cava tiene 14 meses de crianza en barrica de roble y una sorpresa en forma de terminación. Una sorpresa en forma de colaboración, de hermanamiento, de vinos dulces viejos. Un líquido con personalidad, peculiar, simpático y canalla.

    Con esto y ese momento en el que te encuentras bien casi sin saber porqué te puedes enfrentar a cualquier plato. El gran espacio donde destacar la preciosidad de un vino y del tiempo que marca el momento de compartirlo.

    Tharsys es un cava elaborado en Utiel-Requena (preguntar en vinissimo) con una variedad que aporta a cualquier momento sensaciones más que únicas. Chardonay y sus golpes de fruta junto a un añadido especial que lo enriquece de una forma que yo definiría como brutal.

    Experimenta la sonrisa y el espumoso desde el salado de un pequeño aperitivo, no dejes pasar la opción de combinarlo con la textura de un tartar a base de aguacate y salmón, hasta la cremosidad de un crepe dulce o un pastel de fruta.

    Una explosión de aromas frutales. Albaricoque, chirimoya, nísperos, y un suave toque de raíz de regalíz junto una burbuja también elegante, ayuda a reforzar la frescura qua propone Alegría de Tharsis. Un cataclismo llamado la sonrisa y el espumoso.

    Es innato en mí usar como culmen del agradecimiento, hasta el más reconfortante de los actos. La entrega. El milagro que solo a veces es comparable con lo que lleva implícito, la felicidad y el orgullo de compartirla.

  • Revista DMODA. El Don de Eva.

    Una revista y un don. Revista DMODA, El Don de Eva. Hay mil razones para iniciar la aventura de escribir en esta revista sobre un tema que a mí particularmente me ha dado la mayor cantidad de alegrías. Esto sería una forma de explicar el objeto de crear esta sección en DMODA.

    Vino y Raíz y yo, que venimos a ser la misma cosa, en este caso pretendemos dotar de importancia al hecho de festejar la vida.

    Como diría Napoleón hablando del Champagne: “En la victoria lo mereces, en la derrota lo necesitas”.

    En Revista DMODA, El Don de Eva Prentendo hablaros de vino y vinos, de lo más nuevo, lo más natural, lo más colorido y sabroso que nos ofrezcan las vides de este ancho mundo. Pero sobre todo de sensaciones. El vino es en sí mismo un motivo de alegría. Con el vino hay siempre algo que hacer.

    Pues con esta sección pretendo compartir una peculiar forma de entender y siempre disfrutar de un elemento en constante evolución como es el vino. Todos los días nace algo nuevo a lo que darle una oportunidad, un vino nuevo para una nueva celebración, para un momento.

    Prentendo hablaros de vino y vinos, de lo más nuevo, lo más natural, lo más colorido y sabroso que nos ofrezcan las vides de este ancho mundo, pero sobre todo, de sensaciones.

    Y es que hay opciones del vino que quedan reservadas para solo unos pocos. Existen posibilidades, encuentros, momentos, espectáculos y teatros, óperas y nacimientos. Para cada una de estas opciones se muestra un principio, y un recorrido. Siempre hay una senda, un trayecto. Siempre hay una llegada, un fin, un destino.

    Todo empieza de forma similar si analizamos cualquiera de los principios. Sí, cualquiera, el primero que nos venga a la mente. Seguro que encontramos algo parecido a cualquier otro de esos inicios.

    ¿Y los retos? Los retos son retos porque en su misma definición está la búsqueda y en ella está la opción, el camino, el destino, la llegada o el fin.

    Empecemos a andar en ese caso. Necesitamos un punto de partida. Nos vamos a buscar el primero. Busquemos desde la normalidad que nos da ser iguales, por ejemplo.

    Vino e igualdad. Esto ya va a ser una base, un instrumento. Esto es lo que queremos que sea el reto en sí mismo. Cierto es también que no queremos hablar solo de vino, ni de caminos, ni de llegadas. Desde esta plataforma vamos a dejarnos llevar por personas, por seres en paz, por placeres, paladares, aromas y armas. Guiarnos poe esos elementos que nos ayuden a andar hacia un mundo perdido. Un espacio  de formas, de vino, de pasión.

    Y mira que es sencillo todo una vez que lo planteas de forma simple o lo conseguimos elevar a una expresión algo menos que la del ansia.

    Es tan fácil como descorchar lentamente una botella, disfrutar del sonido del sacacorchos introduciéndose en el cuello de la botella, del “pop” de la extracción, del olor y el sonido del líquido sobre la copa, y del tacto del recorrido por garganta.

    Es el momento que nos propone Julia Casado a base de pequeños casos que dan sentido sin pretenderlo a nuestra pasión, a la moda, a la literatura, al arte, al vino, a las buenas personas y a todo lo que una imaginación creativa sea capaz de parir.

    Así de esta forma  aprendemos a sorprendernos con una cosita tan pequeña y potente como La Ninja de Julia, La Ninja de las Uvas. Un vino nuevo y joven, suspicaz y pícaro, divertido. Un líquido extraído de uvas de variedad Garnacha ni más ni menos que de Bullas.

    Y así os propongo hoy el reto de la búsqueda de las posibilidades que elementos como mujer, cultura, riesgo, espectáculo y teatro sean el camino en el llano y los escalones en la cuesta que nos acerquen a la meta de la sencillez y la elegancia que nos da la virtud de ser “buena gente”.