Poemas y más.

Raimundo Lara: Gran culpa de mi afición por la poesía es de aquellos poetas malditos, poetas decadentes… Mi predilección no puede ser otro que Charles Baudelaire. Y releyendo sus flores enfermizas, sus <<Flores del Mal>> me cruzo con este poema que me inspira y me trae recuerdos de pequeña taberna: la taberna de los juglares.

“Gran culpa de mi afición por la poesía es de aquellos poetas malditos, poetas decadentes… Mi predilección no puede ser otro que Charles Baudelaire”.

A un click de UN VINO.

El alma del vino.

Cantó una noche el alma del vino en las botellas:
«¡Hombre, elevo hacia ti, caro desesperado,
Desde mi vítrea cárcel y mis lacres bermejos,
Un cántico fraterno y colmado de luz!»

Sé cómo es necesario, en la ardiente colina,
Penar y sudar bajo un sol abrasador,
Para engendrar mi vida y para darme el alma;
Mas no seré contigo ingrato o criminal.

Disfruto de un placer inmenso cuando caigo
En la boca del hombre al que agota el trabajo,
y su cálido pecho es dulce sepultura
Que me complace más que mis frescas bodegas.

¿Escuchas resonar los cantos del domingo
y gorjear la esperanza de mi jadeante seno?
De codos en la mesa y con desnudos brazos
Cantarás mis loores y feliz te hallarás;

Encenderé los ojos de tu mujer dichosa;
Devolveré a tu hijo su fuerza y sus colores,
Siendo para ese frágil atleta de la vida,
El aceite que pule del luchador los músculos.

Y he de caer en ti, vegetal ambrosía,
Raro grano que arroja el sembrador eterno,
Porque de nuestro amor nazca la poesía
Que hacia Dios se alzará como una rara flor!»

Releyendo a Beaudelaire y sus flores enfermizas, sus <<Flores del Mal>> me cruzo con este poema que me inspira y me trae recuerdos de pequeña taberna: la taberna de los juglares.