• El Origen de una Vocación. STUDIO.

    El origen de una vocación, de ésta, de la mía, aún lo puedo situar en el hueco de una escalera. Aquella escalera que subía desde el final del pasillo al comedor de la Escuela Hogar. El hueco del primer tramo, el de la izquierda.

    Justo allí debajo se situaba todos los años el cartel de madera que anunciaba que la cantina estaba abierta.

    La ilusión, quizá los gestos, sí. Quizá las sonrisas propias y de mis compañeros al mirar, coger, tocar, oler y saborear las pipas y las gominolas, sería lo que después de bastante tiempo me haría descubrir qué fue lo que me hacía soñar durante muchas noches.

    “Quizá las sonrisas propias y de mis compañeros,…”

    Y yo soñaba tantas noches con ser quien vendía detrás de aquel cartel de madera que anunciaba que la cantina ya estaba abierta.

    “El origen de una vocación, de ésta, de la mía, aún lo puedo situar en el hueco de una escalera”.

    El origen de una vocación siempre tiene un principio. Y lo que con sueños comienza, con constancia sigue, y con amor se cuida, por norma general suele terminar por convertirse en algo grande en la vida de uno.

    Eran días ciertos aquellos. Y tenía un olor diferente y especial cada mañana. También contábamos con la suerte de tener gente a nuestro lado que se encargaba de cuidar aquellos olores. Eran los guardianes de los aromas. Esos susurros que aún en una racha de viento cualquiera de cualquier mañana vuelven porque ellos les dejan escapar un rato. Y vuelven intactos como si fuese la primera vez que se les huele.

    Los maestros del colegio guardaban los aromas a compañerismo y a goma de borrar, a grafito recién afilado. Guardaban los maestros también los del pegamento de la sesión anterior de trabajos manuales. Y protegían los secretos que olían a servicio, a vocación, a libertad.

    Nuestros padres guardaban junto al olor de la ropa limpia y recién planchada de cada mañana un ejército más de aromas, los olores al amor por lo nuevo, por la esperanza de que comenzaba un nuevo tiempo.

    Los olores del jabón fresco que venía, como la lavanda o el espliego, o el romero o la manzanilla, a recordarles que lo pasado era pasado.

    Llegaban para contar que nosotros ya estábamos siendo parte fundamental de un viento nuevo.

    El origen de una vocación desemboca en Vino y Raíz. Guardo en mi memoria un tarro tan grande y a su vez diminuto en el que cabe de todo. Cabe también un buen puñado de sueños que de vez en cuando asoman en las noches largas.

    Y los sueños susurran al oído en las horas de vigilia cosas y casos posibles. Tan posibles que hacen que hoy esté contando lo que hago porque soñaba durante noches.

    Soñaba que era yo quien surtía a mis compañeros de pipas y gominolas desde la cantina. Una cantina que había en el hueco de la escalera, donde se situaba un bonito cartel de madera.

  • La Mujer y el Marco de Jerez.

    La mujer y el marco de Jerez debieron ser siempre integrantes de una sociedad libre de prejuicios.

    Hace tiempo comprendí que la importancia de lo que se habla no depende ni siquiera del tema a tratar. En ocasiones es hasta lo más prescindible. También he aprendido que las cosas más importantes son precisamente las que no son cosas.

    Somos muy amigos de las conmemoraciones y cada día menos de los recuerdos. Somos un poco menos enamorados de la historia cada día, y de nuestros semejantes, y de nuestras calles.

    Sin embargo hay gente que parece estar concebida para darle la vuelta a estas apreciaciones como si de un calcetín se tratase.

    La mujer y el marco de Jerez debieron ser siempre integrantes de una sociedad libre de prejuicios.

    Os quiero invitar a un lugar, a una casa. Una casa que lo es pero sin serlo. Fue y sigue siendo algo más. Es una cosa de esas que no son cosas. En el sitio del que os hablo vivía y vive una mujer. Os invito a conocer la que ha sido, y seguro seguirá siendo para siempre la casa de Doña Pilar Pla.

    La mujer y el marco de Jerez son la importancia que nunca debió perder la normalidad. La casa de Doña Pilar Pla es la Bodega Maestro Sierra. Un hogar del vino en el que mujeres y hombres han conseguido que se trate de otra forma a los vinos de Jerez. Se han tratado así de tal forma que a través de sus tragos se puede intuir la valentía de Doña Pilar y otras tantas mujeres que han luchado y luchan por cambiar este mundo.

    Doña Pilar nos dejó hace muy poco. Nos dejó en marzo, nos dejó el día 8, el día de La Mujer. Se fue, pero Carmen Borrego Pla se queda, su hija continúa con el trabajo que se había convertido en la herramienta de la Bodega-Familia, la Familia Empresa.

    La casa de Doña Pilar Pla es la Bodega Maestro Sierra. Un hogar del vino en el que mujeres y hombres han conseguido que se trate de otra forma a los vinos de Jerez.

    “Una casa que lo es pero sin serlo. Fue y sigue siendo algo más. Es una cosa de esas que no son cosas”.

    Contrastes de ayer con hoy. Etiquetas, hagstags. Uno de los que me gustan es #sepuedeiralsursinperderelnorte. 

    Estoy seguro de que Doña Pilar Pla Pechovierto conoció este lema de apariencia actual. Así como estoy también convencido de esta bodega no solo es eso y de que Carmen será, junto a los suyos, quien siga perpetuando esta casa del vino, esta cosa que no es una cosa.

    Vino y Raíz se suma, no podía ser de otra forma, al trabajo de corazón, a la lucha por el fin de las diferencias entre sexos, a la pasión por lo que se hace y al amor que va de serie con todas estas virtudes. Eso abre un motivo muy importante de celebración. Vamos a abrir en ese caso algo que nos sirva para homenajear a Doña Pilar, a Carmen, a todos los trabajadores de Bodegas Maestro Sierra y al proyecto al completo.

    “Un hogar del vino en el que mujeres y hombres han conseguido que se trate de otra forma a los vinos de Jerez. Se han tratado así de tal forma que a través de sus tragos se puede intuir la valentía de Doña Pilar y otras tantas mujeres que han luchado y luchan por cambiar este mundo”.

    Vino y Raíz se suma, no podía ser de otra forma, al trabajo de corazón, a la lucha por el fin de las diferencias entre sexos, a la pasión por lo que se hace y al amor que va de serie con todas estas virtudes.

    Os propongo un vino rebelde y otro desconocido a veces y otras descontento, pero siempre amable.

    Cogeros en un mediodía de esos en los que no sabes donde te van a llevar tus pasos un buen bolso, poneros vuestros mejores zapatos y salir a la calle.

    Entrad en una taberna, un bar, un yo que sé. Pedid una copa de Palo Cortado y algo para picar. Un palo cortado, y jamón y un poco de queso curado, y un par de sardinas, y otro palo cortado y otro. Es un vino rebelde este palo cortado. Surgido, dicen algunos de un error de cálculo. Otros dicen que buscado. Yo digo que es como un inconformista. El vino rebelde de la Solera.

    Salid a la calle ahora, si hace bueno, claro. Si hace frío o humedad se sale sin moverse de la silla.

    “Pedid una copa de Palo Cortado y algo para picar. Un palo cortado, y jamón y un poco de queso curado, y un par de sardinas, y otro palo cortado y otro. Es un vino rebelde este palo cortado. Surgido, dicen algunos de un error de cálculo. Otros dicen que buscado. Yo digo que es como un inconformista. El vino rebelde de la Solera”.

    Al rato vendrá un Cream. ¡Qué nombre! Un nombre inglés, quizá igual que su creador. Un postre, un dulce, o simplemente el mejor maridaje. Un pensamiento amable.

    Nunca debemos olvidar que esta tarde hemos estado en Jerez de la mano de dos mujeres y algo más. Doña Pilar y su hija Carmen nos han conducido hasta este mundo hoy. Un mundo al que prometemos volver siempre que ese otro universo loco en el que no hay tiempo de serenarse nos lo permita.

    Gracias por vivir y por luchar. Gracias por no rendirse jamás, Doña Pilar. Me despido y la dejo con un par de pensamientos cortos sobre su legado, sobre su Bodega Maestro Sierra.

    “Un remanso de paz en un mundo que gira demasiado deprisa”.

    “La comunión del silencio, el aire denso y húmedo, de la madera vieja y el albero”.

  • Vino y Raíz STUDIO. Aprender juntos.

    ¿Qué es Vino y Raíz Studio? Por el momento solo es mi respuesta a una pregunta como esta: ¿Qué es l o que me gusta?, o esta otra que viene a repetirse de forma diferente: ¿Puedo decir lo que me apasiona? Lo que te muestro al abrir aquí es un ejemplo de alguien que siente pasión por su trabajo. ¿Puedo hablar de ello?, ¿Puedo trabajar en lo que de verdad me llena y con lo que me siento tranquilo de verdad?

    Eso vendría a ser, pero es algo más. Si parasemos ahí la respuesta, más que de Vino y Raíz como lo conocemos hasta ahora parecería que estamos hablando de fundar una empresa de coaching empresarial o de otro iluminado vendiendo la receta de la eterna felicidad en el trabajo. Vino y Raíz STUDIO solo quiere seguir siendo la fuente de aprendizaje, de respeto al sector de la restauración, a la sala, al vino.

    Proponemos para ello una Escuela, un Studio. Un lugar en el que encontrarnos para compartir conocimientos, donde encontrarnos y hablar, aprender, y leer,… Y queremos también añadirle un complemento importante para nosotros, el complemento de la comunicación, de decir lo que aprendemos, lo que somos, quien somos, de gritar a través de las ondas, del aire, que somos uno y un equipo a la vez. Queremos explicarlo y explicarnos, queremos comunicar.

    Vino y Raíz STUDIO solo quiere seguir siendo la fuente de aprendizaje, de respeto al sector de la restauración, a la sala, al vino.

    Pues esto viene a ser Vino y Raíz Studio. Un aula y un hogar de servicio, de grandes y excelentes servicios, de vino y de sala, de cultura, de vino y de sala. Y de comunicación. Somos dos cosas bien importantes: Somos una escuela donde aprendemos el arte de la restauración y también la herramienta que nos permite ayudar a comunicar lo que hemos venido a aportar a esto que amamos. El Servicio.

    Un aula y un hogar de servicio, de grandes y excelentes servicios, de cultura, de vino y de sala. Y de comunicación.

    Aprendemos a trabajar y gritamos a través de la radio y el sonido que estamos sobradamente preparados para disfrutarlo.

  • La Luna y el Pinot Noir.

    La luna y el Pinot Noir. Ya hace tiempo que la luna une a un fuerte grupo de hombres, mujeres, almas y corazones, inquietudes y realidades. Nos une el vino y nos une la raíz.

    Raimundo Lara es un hermano mío y nuestro, es un poeta de la tierra y con la tierra, de la rama y con las ramas, de las cosas más pequeñas y trascendentales. Raimundo nos trae una poesía que podría haber salido de su pluma. Yo, con su permiso os cuento esta historia que introduce otra, la suya. Una conversación de lo especial, perfecta.

    Ya hace tiempo que la luna une a un fuerte grupo de hombres, mujeres, almas y corazones, inquietudes y realidades. La luna y el Pinot Noir.

    Cuando venía el calor, venía con él también la noche. Y la luna. Y reunirse con la gente que llevabas tiempo sin ver, y reír, y contar anécdotas del año que casi siempre eran fantasías. Alguien dijo que había aprobado con nota un exámen de Historia de Roma contando Espartaco, la película. Isabel alucinaba con que el profesor de gimnasia le había propuesto una relación duradera y no sabía lo que contestarle a la vuelta de vacaciones.

    Javier nos sorprendió a todos destripándonos una película y relatando un viaje a las viñas, y una historia de amor a la vez. Sorprendentemente él era el protagonista. Hay que reconocerle su habilidad para hacer permanecer a todos inmóviles escuchando hasta el final del relato. Comunicaba como hasta entonces nadie habiamos visto hacerlo.

    Javier y Raimundo compartían tantas cosas a pesar de no ser especialmente amigos que una de aquellas noches, cuando ya olía a septiembre, aparecieron por caminos diferentes con tres botellas de vino -suficiente para los cinco- y unas hojas de papel sueltas en la mano. Ahora no soy capaz de saber quien traía cada cosa.

    El vino estaba bien claro desde el principio que iba a ser Pinot Noir -fueron las dos palabras más pronunciadas de todo el verano-. La luna y el Pinot Noir. En los folios nunca supimos en realidad lo que iba escrito. Lo que sí comprendimos es que a uno de ellos, o a los dos, además de la música, le había atrapado sin remedio la poesía.

    Poco después pudimos averiguar de qué se trataba lo que escuchamos recitar aquella noche. Todos guardamos inexplicablemente en la memoria letra por letra aquella conversación que nos estaban contando:

    Luna, con la fresca saldré a buscarte, cuando el son comience
    a enfriarse y me de por hablar.

    Luna, y andar por caminos añejos que me muestren con quien sueña el viento cuando es vendaval.

    Luna, degustar los colores que pare la tarde cuando es devorada por la oscuridad.

    Y ver cómo le cambia el careto al cielo cuando salen de ronda las estrellitas.

    Luna, y dejar que la noche me trague yen su patio beberme los aires de la madrugá.

    Y vomitar a chorros mis pensamientos. Inundarme por dentro sin olvidar que te he visto llorando luna, porque tu jardin se quema.

    Que te he visto pedir ayuda y la ayuda, tarde llega. Que te he visto pasarlas putas asfixiá or la humareda.

    Y agonizan árboles que son cenizas. Y animales calcinados por nuestros males.

    El paisaje es muy triste pa la vista. Ya no queda belleza donde había mar. Es solo una capa negra fruto del desastre.

    Y aquí no se toman medidas, mañana todo se olvida, luna. Y vendrán las consecuencias, los problemas, las carencias y suma.

    De Cháchara con la Luna. Tema central de “Y si Quieres Llorar te Hago Reír” de Sínkope.

  • La Sonrisa y el espumoso.

    Vivimos una época en la que está todo tan enfocado a la alabanza del ego que cualquier gesto dirigido hacia el bien del otro, cada vez, cobra menos relevancia. *#Revista #DMODA*

    Es por eso que de vez en cuando se nos antoja en Vino y Raíz que es bueno parar, hacer un alto en este camino tan lleno de baches a veces, y homenajear a las personas que sonríen para saludar, a la sonrisa y el espumoso que la guía. Aplaudir para agradecer, brindar por los días, las tardes y las noches. Seres vivos -no somos otra cosa- que al fin y al cabo sonríen a la vida. Personas y mujeres sobre todo -ya entenderemos algún día el porqué-, que también nos ayudan a perfilar esa sonrisa en en el rostro.

    Es preciso proponer diferentes y radicales formas de beber, de comer, de leer, y hasta de caminar. Es muy necesario, después de pensar mil veces qué hacer durante un determinado momento, detenerse para no hacerlo. Detenerse para no seguir estresando la mente, para dejarse llevar. En ese preciso instante habrá llegado la hora de usar la opción de la llamada a alguien que en alguna ocasión nos haya sonreído sin esperar a cambio nada, simplemente por entregar.

    Vuelvo con la sonrisa y el espumoso para lanzar un objetivo. El de hoy es invitaros a vinos preciosos, nacidos solo de la tierra, del trabajo y del amor. En este instante me surge la idea de contar algo que enlaza muy bien con preciosidades naturales, burbujas y también respeto por el medio.

    Quiero hablaros muy brevemente de una muy buena noticia que nos puede llevar a entender también porqué la risa es fundamental, o porqué buscar el bienestar inmediato del otro es clave.

    Pascaline Lepeltier, con 38 años se convierte en la mejor sumiller de Francia. “Es lo más que una de las más prestigiosas revistas te otorgue este reconocimiento, a mí que solo soy una modesta camarera”- Sonrisas y un gesto de reflexión-. Una modesta camarera regalando un comportamiento amable (o camarero, da igual). El sueño de cualquier comensal.

    Es preciso proponer diferentes y radicales formas de beber, de comer, de leer, y hasta de caminar. Es muy necesario, después de pensar mil veces qué hacer durante un determinado momento, detenerse para no hacerlo, para no seguir debanando la mente, para dejarse llevar.

    Lepeltier, que vive en Nueva York, es una apasionada de los vinos ecológicos y biodinámicos. “Creo en la necesidad de pensar en lo que bebemos y comemos. Tenemos que mentalizarnos sobre la importancia de transformar la agricultura así como la forma de recibir las sensaciones que producen». “Soy de una generación que desea recuperar el gusto surgido de una agricultura viva», dice, y destaca que está encantada de que cada vez más fincas vitícolas se enfoquen en el cultivo ecológico.

    …,hacer un alto en este camino tan lleno de baches a veces, y homenajear a las personas que sonríen para saludar, para agradecer, para brindar por los días, las tardes y las noches.

    Y es que es ahí donde suele surgir el propósito. El de llevar mediante el uso de la cara amable unas copas vacías hacia el cuello de una botella y después hacia el hueco donde el buen provecho solo depende de nosotros.

    Espuma, olas y burbujas. Estas premisas junto a la predisposición a saltarse la normalidad.

    Esto es un resumen, un compendio de porqué de vez en cuando debemos fiarnos en personas, en camareros de vino como Pascaline. Un gesto amable.  “Es lo más que una de las más prestigiosas revistas te otorgue este reconocimiento, a mí que solo soy una modesta camarera”

    El sol, la lluvia, la sombra, el frío, o cualquier otro agente pueden formar parte del escenario perfecto para disfrutar de Tharsys. El fruto de la fermentación de muchas alegrías. Alegrías de Tharsys. Esta es la mezcla que llevo a estas líneas.

    Tharsys es, dentro de su enclave, Utiel Requena, un cava elaborado con una variedad que aporta a cualquier momento sensaciones más que únicas. Chardonay y sus golpes de fruta junto a un añadido especial que lo enriquece de una forma que yo definiría como brutal.

    No hace tanto tiempo que descubrí muy de cerca y no lejos de aquí una botella con algunas burbujas dentro. Carbónico y una infinidad más.

    Este cava tiene 14 meses de crianza en barrica de roble y una sorpresa en forma de terminación. Una sorpresa en forma de colaboración, de hermanamiento, de vinos dulces viejos. Un líquido con personalidad, peculiar, simpático y canalla.

    Con esto y ese momento en el que te encuentras bien casi sin saber porqué te puedes enfrentar a cualquier plato. El gran espacio donde destacar la preciosidad de un vino y del tiempo que marca el momento de compartirlo.

    Tharsys es un cava elaborado en Utiel-Requena (preguntar en vinissimo) con una variedad que aporta a cualquier momento sensaciones más que únicas. Chardonay y sus golpes de fruta junto a un añadido especial que lo enriquece de una forma que yo definiría como brutal.

    Experimenta la sonrisa y el espumoso desde el salado de un pequeño aperitivo, no dejes pasar la opción de combinarlo con la textura de un tartar a base de aguacate y salmón, hasta la cremosidad de un crepe dulce o un pastel de fruta.

    Una explosión de aromas frutales. Albaricoque, chirimoya, nísperos, y un suave toque de raíz de regalíz junto una burbuja también elegante, ayuda a reforzar la frescura qua propone Alegría de Tharsis. Un cataclismo llamado la sonrisa y el espumoso.

    Es innato en mí usar como culmen del agradecimiento, hasta el más reconfortante de los actos. La entrega. El milagro que solo a veces es comparable con lo que lleva implícito, la felicidad y el orgullo de compartirla.

  • Revista DMODA. El Don de Eva.

    Una revista y un don. Revista DMODA, El Don de Eva. Hay mil razones para iniciar la aventura de escribir en esta revista sobre un tema que a mí particularmente me ha dado la mayor cantidad de alegrías. Esto sería una forma de explicar el objeto de crear esta sección en DMODA.

    Vino y Raíz y yo, que venimos a ser la misma cosa, en este caso pretendemos dotar de importancia al hecho de festejar la vida.

    Como diría Napoleón hablando del Champagne: “En la victoria lo mereces, en la derrota lo necesitas”.

    En Revista DMODA, El Don de Eva Prentendo hablaros de vino y vinos, de lo más nuevo, lo más natural, lo más colorido y sabroso que nos ofrezcan las vides de este ancho mundo. Pero sobre todo de sensaciones. El vino es en sí mismo un motivo de alegría. Con el vino hay siempre algo que hacer.

    Pues con esta sección pretendo compartir una peculiar forma de entender y siempre disfrutar de un elemento en constante evolución como es el vino. Todos los días nace algo nuevo a lo que darle una oportunidad, un vino nuevo para una nueva celebración, para un momento.

    Prentendo hablaros de vino y vinos, de lo más nuevo, lo más natural, lo más colorido y sabroso que nos ofrezcan las vides de este ancho mundo, pero sobre todo, de sensaciones.

    Y es que hay opciones del vino que quedan reservadas para solo unos pocos. Existen posibilidades, encuentros, momentos, espectáculos y teatros, óperas y nacimientos. Para cada una de estas opciones se muestra un principio, y un recorrido. Siempre hay una senda, un trayecto. Siempre hay una llegada, un fin, un destino.

    Todo empieza de forma similar si analizamos cualquiera de los principios. Sí, cualquiera, el primero que nos venga a la mente. Seguro que encontramos algo parecido a cualquier otro de esos inicios.

    ¿Y los retos? Los retos son retos porque en su misma definición está la búsqueda y en ella está la opción, el camino, el destino, la llegada o el fin.

    Empecemos a andar en ese caso. Necesitamos un punto de partida. Nos vamos a buscar el primero. Busquemos desde la normalidad que nos da ser iguales, por ejemplo.

    Vino e igualdad. Esto ya va a ser una base, un instrumento. Esto es lo que queremos que sea el reto en sí mismo. Cierto es también que no queremos hablar solo de vino, ni de caminos, ni de llegadas. Desde esta plataforma vamos a dejarnos llevar por personas, por seres en paz, por placeres, paladares, aromas y armas. Guiarnos poe esos elementos que nos ayuden a andar hacia un mundo perdido. Un espacio  de formas, de vino, de pasión.

    Y mira que es sencillo todo una vez que lo planteas de forma simple o lo conseguimos elevar a una expresión algo menos que la del ansia.

    Es tan fácil como descorchar lentamente una botella, disfrutar del sonido del sacacorchos introduciéndose en el cuello de la botella, del “pop” de la extracción, del olor y el sonido del líquido sobre la copa, y del tacto del recorrido por garganta.

    Es el momento que nos propone Julia Casado a base de pequeños casos que dan sentido sin pretenderlo a nuestra pasión, a la moda, a la literatura, al arte, al vino, a las buenas personas y a todo lo que una imaginación creativa sea capaz de parir.

    Así de esta forma  aprendemos a sorprendernos con una cosita tan pequeña y potente como La Ninja de Julia, La Ninja de las Uvas. Un vino nuevo y joven, suspicaz y pícaro, divertido. Un líquido extraído de uvas de variedad Garnacha ni más ni menos que de Bullas.

    Y así os propongo hoy el reto de la búsqueda de las posibilidades que elementos como mujer, cultura, riesgo, espectáculo y teatro sean el camino en el llano y los escalones en la cuesta que nos acerquen a la meta de la sencillez y la elegancia que nos da la virtud de ser “buena gente”.

  • El sonido, la cuarta fase. Audición de la uva.

    Hay casos en que para hablar de un vino los sentidos entran en pugna por expresar lo que sucede desde el inicio hasta esa sensación que produce la garganta unida a la nariz, el sabor, el aroma, el color,…
    Mi propósito es unir esto del sentido del oído con un vino bonito, con un sonido, con un Vino Precioso.  Creo también en otro sentido. La densidad. El sonido de la caída. Un ligero baile en el aire antes de romper con sutileza la pared de la copa. Una burbuja de aire que precede a otras mil más.
    Oxígeno. Sonidos Alternativos. Elementos estos que dan lugar a otra relación. Es esto, o al menos yo así lo siento, algo difícil de escribir. Las sensaciones que evoca el vino comienzan a manifestarse muy pronto. Seguro que desde el envero del fruto. Creo firmemente en esa otra fase de cata.  La fase auditiva. El sonido que se extingue y que presume lo siguiente.
    Yo escribo sobre lo que siento en el momento en que una botella entra en la bodega. Escucho desde las ruedas del carro que transporta la caja. También como se posa en el suelo. En ese caso ya (son muchos años recibiendo vino) hasta se puede intuir si el empaquetado obedece al respeto por el contenido. Si las botellas suenan, aunque sea poco, pueden sucederse varias circunstancias. La primera es que la caja esté mal elegida por el tamaño (las botellas no quedan pegadas entre sí).
    En ese caso el movimieto hace que choquen con frecuencia con lo que un elemento que debe ser lo más tranquilo posible altera su estado natural. El estado natural del momento justo en que nos encontramos.

    …,Creo firmemente en esa otra fase de cata.  La fase auditiva. El sonido que se extingue y que precede a las,…

    Para hablar de la segunda circunstancia debo echar mano a los recuerdos de un viaje. Visitamos una bodega antigua, recuperada recientemente, con una sala de barricas y un almacén de botellas llenos de tiempo, llenos de historia.  Nos explicaba Jose, el bisnieto del creador de todo aquello, que habían elegido unas botellas de vidrio grueso para evitar que un golpe pudiese romper la botella con facilidad.

    También nos habló de empaquetarlas para el transporte con protección adicional. Unos separadores para las botellas y una buena colocación. Esos cuidados y alguno más hace que cuando se suelte el vino en la bodega el sonido sea justo el seco de una caja tocando el suelo. Un ruido que me gusta sobremanera es el que provoca la navaja del sacacorchos al abrir el cierre de las cajas, o el despegue de las grapas o las puntas de una caja de madera. A ese le sigue el que yo provoco al posarlas en el estante de la cava de donde solo van a ser movidas para llevarlas a su último destino. La mesa.

    …,Un ruido que me gusta sobre manera es el que provoca la navaja del sacacorchos al abrir el cierre de las cajas, no es sonido, es el sonido…

    Ahí es donde se produce ese son en el que creo, el que me sugiere, el que me hace sugerir, el que me sugestiona. Es el sonido del “pssspop” del corcho precedido por el que produce el acero y el corcho al incidir el uno en el centro del otro. El ruido,…. de nuevo el ruido del sonido de la caída. De nuevo ese que sirve de antesala al sorbo, a la última manifestación sonora antes del trago, antes de que todo cobre sentido.