Ser honesto tiene que ver con los vinos de Jerez. Caldos que representan la historia y el presente de una cultura menos efímera que una simple botella.

Hacemos vino con alguien especial. Y lo hacemos aquí, donde José Antonio Zarzana anda dejando su huella, continuando con la tradición y respetando como nadie la forma Ximénez Spínola de producción y tratado del vino.

Es aquí donde se diferencia tanto el cuerpo como el alma de esa uva tan respetada. Es en Jerez donde aún queda gente que apuesta por el riesgo en favor de lo importante, la pasión y la verdad en lo que uno hace. Bienvenidos a Jerez. Bienvenidos a Ximénez Spínola.

Ser honesto tiene que ver con los vinos de Jerez. Caldos que representan la historia y el presente de una cultura menos efímera que una simple botella.

Hablando una copa, charlándola, dejando que las lágrimas de la Fermentación Lenta derramen su textura.

En ese diálogo con la lucidez contrastamos nuestra idea de que todos los días son perfectos para sorprenderse. Escuchar a José Antonio Zarzana apoyarse en Julio César a la hora de quemar todas las naves hablando de valentía no tiene precio.

Queríamos seguir aprendiendo con él sobre ciertos aspectos del mundo que andan algo dispersos en la mayoría de nuestros quehaceres. Tanto que ni recaemos en que pueden ser los que tengan la llave de nuestra libertad (término cada vez más en desuso). También, y, lamentándolo, puede ser que estemos hablando ya de probabilidades caducadas.

En Vino y Raíz pensamos que “siempre estamos a tiempo de dar un empujón más”.

También es preciso recordar y, por su puesto, homenajear a “Las Personas del Verbo” y a su valedor José Antonio Martínez (qué más quisiera ser yo), que desde Onda Regional, rinden pleitesía a la fluidez y respeto por el idioma, la franca comunicación y todo lo que con letras tenga que ver. Y con vino. Los Rubai de Omar Khayyam están aquí por su obra y gracia. Gracias José Antonio por haberme empujado a La Montaña Mágica.