Alma de fruta. Vino natural en concepción, prácica y creencia.  Estos, por norma general, son caldos con verdad, caldos con una humildad trabajada, construida sobre la base de lo natural, incluso de lo sostenible.  No hace mucho hablábamos una amiga y yo sobre la importancia que tenía la humildad a la hora de categorizar (con las reservas que merece este término) a las personas. Ella defendía a quienes opinan que es mucho mejor,….. y más rentable,..jejeje, ser humilde. Como si eso se pudiese aprender en las escuelas.

Hay vinos con alma de fruta. Por norma general, son caldos con verdad, caldos con una humildad trabajada, construida sobre la base de lo natural, incluso de lo sostenible.

Yo que, en gran parte, suelo ser precavido en esto de las humildades, siempre que aparece el término en alguna conversación echo mano de mi profesor favorito, un físico gaditanojiennense. Entre otras genialidades aprendí de él esto que resumo en una frase. Si mal no recuerdo era algo así: “La mayor hipocresía del hombre es la humildad”. Todo esto no viene a repartir una lección de moral, no.

“La mayor hipocresía del hombre es la humildad” -Germán Rodero-

Para mí esta frase es todo un retrato de la forma en que mayoritariamente usamos “ser humildes” en la mayoría de los casos. Hay que ser valiente para mostrar humildad cuando, además te puede acarrear consecuencias económicas. Mis personas son arriesgadas. Las que elijo para que formen parte de www.vinoyraiz.com. Y lo son porque ellos, todos ellos, han arriesgado parte de su credibilidad en proyectos para que, al final, pueda triunfar el juicio de lo lógico sobre el emitido por los falsos profetas de este trabajo. Falsos profetas de la sala y el vino.
Posturas concebidas para vender a base de confusión, para engañar, para que en sus catas y sus concursos, sus fastos y sus competiciones, acompañados de ostentosas y, en muchas ocasiones irritantemente mal expresadas ideas impropias, alcancen de esa u otra manera (da igual) el objetivo que se plantea.

…,el afán por vender anulando el juicio personal de quien consume el vino, de quien de verdad es quien sostiene esta gran empresa, la gran familia del mundo vitivinícola,…

Ese no es otro que vender anulando el juicio personal de quien consume el vino, de quien de verdad es quien sostiene esta gran empresa, la gran familia del mundo vitivinícola. Seguro que podríamos encontrar muchos vinos que cumpliesen con las premisas de esta normalidad. A mí se me ocurre confiar en este caso en Juan Carlos Sancha y en el proyecto Ad Libitum. Es complicado y caro, y no debería ser objeto de vanalización el hecho de disminuir hasta casi eliminar el dióxido de azufre, usado como conservante a costa de la fruta y la flor característica de la uva. No es un trabajo vanal. No venden en las tiendas algo para reducir el azufre y ya está. Es por eso que ocupa mi tiempo en este artículo, además de rendir homenaje a quienes lo hacen, como Juan Carlos, el hecho de denunciar a quien vende esa idea en sus vinos.

Seguro que podríamos encontrar muchos vinos que cumpliesen con las premisas de esta normalidad. A mí se me ocurre confiar en este caso en Juan Carlos Sancha y en el proyecto Ad Libitum. No es fácil ni barato, ni debería ser objeto de vanalización

A quien la regala (jugando a la mentira), engañando a tanta gente como se deja aconsejar por ese personaje que  vende a toda costa sin importarle el trabajo y la dedicación que lleva consigo el proyecto de Ad Libitum.  Un proyecto natural. Un vino natural y saludable. Que lo disfrutéis. Detrás de Peña El Gato Natural de garnacha antigua hay mucha verdadera humildad.